Tantra Nueva Tierra
Preguntas y Respuestas

Sobre el Tantra y la homosexualidad

Consulta: Soy homosexual y he leído algunos artículos tuyos y algún libro sobre Tantra y quisiera preguntarte acerca de la opinión del Tantra sobre la homosexualidad y sobre si los homosexuales pueden practicar el Tantra. Todo lo que he leído hasta ahora va referido a la relación entre el hombre y la mujer y no dice nada de la relación entre dos hombres. Me da la impresión de que en el Tantra la homosexualidad es algo que se oculta e incluso se desprecia o condena. Suenan a unos planteamientos un poco machistas, donde parece que el hombre tiene que ser muy hombre y la mujer muy mujer. Me gustaría que me aclarases desde tu punto de vista estos temas.

R:

Gracias por tu pregunta que es de un interés máximo. Trataré de aclarar desde mi conocimiento del Tantra lo más posible.

En primer lugar habría que decir que el Tantra no trata de normas morales, sociales, de comportamiento o de lo que está bien o mal. El Tantra trata de consciencia, de liberación, de liberación del ego, de nuestra mente con todas sus creencias, anclajes al pasado, y la interpretación y significado continuo que da al mundo y a las cosas. El Tantra Yoga de lo que habla es de trascender la mente ordinaria para reconocer lo que verdaderamente somos, nuestro Ser, que es el poder de Dios en nosotros y que se encuentra más allá de todas los calificativos y etiquetas que podamos poner al mundo o a nosotros mismos. Como te decía el Tantra es un camino de liberación y esa liberación está unida a escaparnos de los falsos “yo soy…” que nuestro ego se atribuye a sí mismo. Yo soy homosexual, yo soy heterosexual, yo soy muy listo, yo soy muy tonto, yo soy nervioso, yo soy tranquilo, yo soy tal o yo soy cuál…, no son sino la niebla de los falsos atributos que el ego, desde la esclavitud de una mente no sanada del pasado se da a sí mismo. La afirmación “Yo Soy”, que normalmente utilizamos de forma automática e inconsciente, es una afirmación muy poderosa que nos ancla, o bien a la esclavitud del pasado, o bien a la libertad de la verdad de lo que somos en el ahora.

Por lo tanto lo primero que te diría es eso, que el Tantra es un camino de liberación, que para esa liberación tenemos que revisar y deshacer nuestro pasado, tenemos que revisar, recapitular y sanar nuestra relación con lo masculino y lo femenino, tenemos que reconocer, perdonar y liberar todo el conglomerado emocional ligado a los arquetipos padre-madre plasmados en nuestra encarnación actual principalmente a través de nuestros progenitores y que cuando realmente somos libres de todos los condicionamientos, entonces podemos elegir. Podemos elegir vivir esto o lo otro, podremos elegir relacionarnos con otro hombre o con una mujer. Que mientras tanto lo único que estamos haciendo, seamos heterosexuales, homosexuales, hermafroditas o cualquier otro calificativo que nos queramos poner, es repetir la mentira sobre nosotros mismos, repetir la mentira de la inconsciencia y de un pasado no resuelto que se repite en el ahora una y otra vez. Ese es el trabajo del Tantra, que tienen que hacer tanto los llamados “heterosexuales”, atados a la esclavitud compulsiva de la búsqueda afuera de lo femenino, como los llamados “homosexuales”, canalizando su feminidad a través del rechazo a lo femenino y de la seguridad de relacionarse sólo con otros hombres. Realmente no hay ninguna ventaja en ser heterosexual u homosexual, y la salvación no se encuentra ni en lo uno ni en lo otro. Ambas etiquetas conducen a la eterna búsqueda fuera de lo que ya está dentro de nosotros mismos. Quizá la única ventaja de los homosexuales es que han sido capaces de reconocer y abrirse a esa parte femenina, de sensibilidad, de sensación, de relación con el mundo desde la receptividad, que está también en los hombres, pero que al proyectarlo fuera lleva a la misma esclavitud que lo otro.

El Tantra siempre ha hablado de lo masculino y de lo femenino arquetípico, el yin y el yang, Shiva y Shakti, como energías arquetípicas que conforman este universo y que están contenidas en todo, y ha reconocido la realidad de que en este juego, en esta danza del universo, de Dios consigo mismo, dichas energías se plasman en el plano de la materia, de la Tierra, primordialmente a través de la mujer, como símbolo de lo femenino y a través del hombre como símbolo de lo masculino, y ha utilizado esta realidad aquí en el plano de la Tierra, para, a través de la energía sexual, “el imán”, el pegamento que une los dos polos, hacer el trabajo que hemos venido a hacer aquí en la Tierra: unir en nosotros mismos la totalidad de lo que somos, yin/yang, femenino/masculino. “Unir en la Tierra lo que ya está unido en el Cielo”. Y desde esta perspectiva, el trabajo del Tantra, ha sido, si quieres, un trabajo práctico y pragmático, ha utilizado la esencia de lo que somos aquí en la Tierra para llevarnos a otro sitio. Lo cuál no tiene nada que ver con que dos homosexuales no puedan tener una experiencia tántrica. ¿Cómo no iban a poder?, cuando una experiencia tántrica la puede tener uno consigo mismo.

Cuando dos hombres se juntan, aunque sean homosexuales, se moviliza siempre una energía diferente a cuando se juntan un hombre y una mujer. Pero la danza de lo masculino y lo femenino está también ahí. Y el objetivo final de unir dentro de nosotros mismos ambos polos también está ahí. Así que la respuesta es SÍ. Dos homosexuales pueden tener una experiencia tántrica, y al final esto no es más que un juego, donde la verdad está mucho más allá de la apariencia hombre-mujer en este plano. Eso sí, es un juego de consciencia donde nuestro trabajo es, como decíamos al principio, liberarnos de las ataduras de nuestra mente-pasado. En el Tantra el hombre tiene que ser muy hombre y la mujer muy mujer. Por su puesto. El hombre tiene que abrazar su esencia en este plano, así como la mujer la suya, para poder transcenderlas. Es sólo reconociendo y sanando lo que somos como podemos unirnos a “lo otro” dentro de nosotros mismos.