Escuchar en voz Lección 238 Padre, Tu confianza en mí ha sido tan grande que debo
ser digno de ella. Tú me creaste y me conoces tal como soy. Y aún así,
pusiste en mis manos la salvación de Tu Hijo y dejaste que dependiera de
mi decisión.¡Cuán grande debe ser Tu amor por mi! Y mi santidad debe ser
asimismo inexpugnable para que hayas puesto a Tu Hijo en mis manos con
la certeza de que Aquel que es parte de Ti, y también de mí, puesto que
es mi Ser, está a salvo. Y así, hoy volvemos a hacer otra pausa para pensar en lo mucho que
nos ama nuestro Padre. Y cuán querido sigue siendo para Él Su Hijo,
quien fue creado por Su Amor y en quien el Amor de Su Padre alcanza su
plenitud. |
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